Mandarina Magazine

Aprovecho un ratito de las diez horas que paso por casa (de las cuales espero dormir al menos cinco, ya se han gastado tres y todavía tengo que hacer el cambio de maletas...) para dejar un saludito, desearos que sigáis disfrutando del verano y para realizar una post-presentación de Mandarina Magazine. Más vale tarde que nunca.

De vez en cuando, a todos nos gusta saber algo que los demás no saben, dejar deslumbrada a la gente con tu brillantez. Una buena fuente para poder hacerlo es esta revista cultural-cosmopolita(sniff sniiff Barcelona sniff sniff)-cibernética-gratuita de gente rara que sabe cosas raras de movidas raras.


Eso sí, a partir de ahora dejo tieso al que me pregunte algo acerca de Jean Michel Jarre (¿?¿?) y soy feliz cada vez que hablan de algo que sí conozco.

Un clavo saca otro clavo...¿?

Ya está bien de viajes de cinco días. Sí, ya basta. Porque claro, vas y no puedes pedir más. "Oye, qué movida, ¡que estoy como una reina!" Te reencuentras con la amiga a la que hace tanto tiempo que no ves, te acoge de un modo que ni se te ocurrió imaginar, conoces gente increible, lugares impresionantes, te enamoras platónicamente de un americano con un tremendo parecido a Moisés. Vives en un nuevo mundo una nueva vida. Todo es distinto y maravilloso. Pero siempre vuelves a casa. Y claro, lo echas de menos. Mucho. (Gracias)

Así que nada, voy a probar con 15 diillas, a ver qué tal...

Haciendo cuentas...

No hay nada peor para tu economía que darte cuenta de que el kalimotxo no te produce ningún efecto.
Bueno, puede que viajar y cargarse/perder todos los aparatos tecnológicos que te rodean, también tenga algo que ver.