A mí, cuando nací, me cagó un gato negro, de eso no hay duda.
Esto es un hecho comprobado a lo largo de toda mi vida y en especial desde que empezó el 2006. Y digo en especial desde el 2006 por que ha sido cuando he empezado a pensar en ello, pero nos podríamos remontar a años anteriores... ¿Por qué si no, cuando me fui de mi pequeño y “cochambroso” pero entrañable
colegio empezaron a remodelarlo? Hicieron un gimnasio, pusieron el suelo del patio en condiciones, pusieron porterías, hacen una web (increible)...y, ¿por qué me pasó lo mismo con el instituto?Podría seguir y seguir, pero mi mala suerte tampoco es un tema muy interesante...que mi microscopio salga volando, que me ponga mala a cuatro días de
Extremúsika, que den la baja a mi hermano cuando mis padres se van y tengo posibilidades de estar una semana sola...no, no tiene el menor interés...Así que aprovecha, porque si supuestamente tenemos una ración de buena suerte en nuestras vidas, es obvio que yo la mía no la utilizo...Sírvete.
“Si alguna vez sientes que el miedo te acecha,
si alguna vez quieres soñar en tu realidad,
si alguna vez tu mano izquierda engaña a tu derecha,
¡baila conmigo, ríe, canta y déjate llevar!”
Callejón sin salida
