Hace años se pusieron de moda las notitas que, alegando que te daba buena suerte, te mandaban hacer una chorrada y enviárselo a siete personas, porque si no suspenderías o te despedirían, te atropellaría un coche, después te caerías por las escaleras y por último te pudrirías en el infierno.
Después, con esto de internet empezaron los emails, los forwards esos de satanás, y los mensajitos que te escribía por el mesenger una persona con la que no hablabas desde hace año y medio (¿?¿?¿?ay...).
Hoy, mi madre me ha dicho que esta noche, a las 22.00, tengo que dar vueltas a una mezcla de diversos ingredientes (que pretenden ser un bizcocho en un tiempo) que ella preparó ayer. Y que no me preocupe más, que hasta el domingo, que ella llega, no hay que hacer nada más. Pero que no se me olvide, porque luego tiene que dividirlo en cuatro y dar tres trozos (del bizcocho sin hacer todavía) a tres personas que tenga dentro de su corazón. Ante mi cara de tonta mi madre me ha tranquilizado "Que sí, que está muy bueno, ¡y además da buena suerte!"